sábado, 17 de diciembre de 2016

Premios Aquaterra Garachico 2016

Anoche, en el marco de la entrega de premios y medallas finisher del Aquaterraman Garachico 2016, Basilio Bravo contó lo que es el Norseman ante todos los compañeros allí presentes. Se da la circunstancia de que el mismo día del sorteo ambos estuvimos hablando, mientras corríamos la carrera de El Tanque, de las veces que él se había presentado a ver si era uno de los agraciados. Afortunadamente, unas horas mas tarde le confirmaría, por mensaje, que yo había sido elegido.

En cierta manera, me siento responsable de que mi participación dentro de ocho meses en la prueba cumpla las expectativas de todos los que han optado alguna vez al sorteo y no han tenido mi suerte. Soy consciente de que podrán darse mil circunstancias que hagan que no pueda acabarla. Pero dicho esto, también diré que los que me conocen saben que voy a entrenar todo lo necesario para traer la camiseta negra a la isla.

Gracias Basilio.





miércoles, 7 de diciembre de 2016

La historia - II

Poco a poco, piscina a piscina, con mucha constancia y preguntando todo, voy nadando. De la misma manera, pesando ya en torno a los noventa kilos puedo empezar a correr. Y como en toda esta historia, una cosa lleva a la otra. Personas que van llegando, unas siguen, otras se quedan, haciéndote más llevaderos tus entrenos y un día te das cuenta que ya llevas tiempo fuera del sofá. 

Mayo de 2013. Mi primer trail de montaña. Desde Masca al Palmar, pasando por Teno, 12km. No lo elegí por casualidad. Es una de mis zonas preferidas de la isla y he caminado muchos kilómetros en ella. Me acompaña y recoge mis lagrimones a la llegada Carlos Torres. Aún ahora me gusta mirar las caras de las gentes al cruzar las metas. Adivinar cuántas historias pueden haber ahí. Lo que subyace bajo cada lágrima, bajo cada gesto. El desfile anónimo. Padres y madres convertidos en héroes para los suyos. Mayores que corren por delante de la vejez que les persigue. Cientos de patitos feos poniéndose a cada kilómetro una nueva pluma de cisne. Para muchísima gente esto no es sólo correr, o nadar, o montar en una bici. Es una reconciliación consigo mismos. Con lo que llevaban tiempo postergando. Con el mañana empiezo y se les fue media vida pero un día empezaron. Con el si pudiera y un día pudieron y vaya si podían. Y cuando se trata de eso, se nota. Y surgen las historias, se crean los lazos y ya no puedes dejarlo.

Agosto de 2013. Aprovechando que estoy pasando las vacaciones en Lanzarote, de donde soy originario, realizo mi primera travesía en aguas abiertas. 1200m en Puerto del Carmen. Ese verano había estado nadando con mi padre que aún mantenía su estilo de cuando joven. Fue a verme. Me gustó esa conexión.

la ceremonia
Al regresar de las vacaciones. En un impulso, compro mi bicicleta de ruta. Había decidido hacer el triatlón olímpico de Santa cruz en febrero del año siguiente. Un impulso que supone el inicio de la readaptación de mi matrimonio a muchos nuevos impulsos. En estas catarsis que supone pasar del sofá a no volver a sentarte en él, las parejas, ellos o ellas, también juegan un papel determinante. Gestionar esos cambios se convierte muchas veces en el mayor de los retos. 

Septiembre de 2013. Hago el acuatlon de Candelaria, en Tenerife. Recuerdo de esta prueba ver como me debatía entre el antepenúltimo y último puesto y sin embargo tenía la impresión de ganar la carrera de mi vida. Recuerdo los ánimos de Miguel Callejas, el corazón que se me quería salir por la boca. Recuerdo entrar en el mar y adelantar casi hasta la mitad de la clasificación para luego volver a correr y quedarme para el final. Y es posiblemente de esta manera donde uno empieza a experimentar ese placer que da el prepararte durante meses, los madrugones, las aceras vacías, el echarse al mar cuando el Sol lo abandona,… para luego ir a por tus límites el día que visten las calles con público y una meta.

Último fin de semana del mes y me voy junto con Kike para La Graciosa. Una experiencia inolvidable. El lleva trofeo y yo una sonrisa de oreja a oreja. He cruzado nadando de una isla a otra. En ese momento soy consciente de que con ese “río” no me voy a conformar. Qué hay otro, al sur de la isla, con muchísimo más significado para mi. Dejo la idea aparcada. Aún queda mucho por nadar. Cruzar la Bocaina a nado me parece inalcanzable. Tanto como hoy en día cruzar de Tenerife a La Gomera.

Junto a Kike comprobando desde lo alto la travesía

Octubre a Febrero de 2014. Toca prepararse para el triatlón olímpico. 1500m de natación, 40km de bici y 10 km de carrera a pie. Ponerme de nuevo sobre una bicicleta no me cuesta. Con 16 años recuerdo haber hecho muchos kilómetros en Lanzarote en una BH de carretera. De las de sujeciones para los pies con correas y cambios de marcha en el cuadro. Entran en escena nuevos compañeros de entreno. De la mano Samuel Hernández, mi fisioterapeuta y a la postre compañero de fatigas, paso a formar parte del recién creado club 7 Raid. Ya peso 90kg, 34 menos que hace un año. Son meses de mucho entreno. Muchísimo entreno que me llevan a disputar y terminar mi primer triatlón. La sensación es indescriptible. La locura de nadar cual atunes en una almadraba, los muslos que no dan más en cada pedaleada y el correr para terminar cuanto antes. Y todo ello sin parar. ¡Quiero más!

De izquierda a derecha, Samuel Hernández, mi fisio, Yo y Miguel Callejas, mi sensei. Para todos fue nuestro primer triatlón.